Su beso no es solo de pasión: con ese beso se anuncia el mismo amor. Uno puede reconstruir más o menos la historia de la pareja. Son estudiantes. Han pasado la noche juntos, su primera noche, se han despertado abrazados. Ahora tienen que ir a clase. En la acera, en medio de la muchedumbre matinal, de repente el corazón del chico se siente inundado de ternura. También el de ella, ella está dispuesta a entregarse a él un millar de veces. Así que se besan.
En cuanto a los transeúntes y la cámara que está al acecho, no podrían importarles menos. De ahí, ‘París ciudad del amor’. Pero podría suceder en cualquier parte, esa noche de amor, ese arrebato de sentimiento, ese beso. Podría haber sucedido en este mismo hotel, sin que nadie se percatara ni lo recordara, salvo los amantes.
(Interpretación de J. M. Coetzee)
Dos Ladridos 
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